BITÁCORA ANTINACIONALISTA

martes, 30 de octubre de 2012

Europa dice no a un estado catalán

Estaba cantado y no podía tardar mucho, la Comisión Europea, en boca de la Comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, ha remitido una carta al Gobierno español en el que deja claro que una declaración de independencia unilateral de Cataluña respecto a España, supondría su exclusión inmediata de la Unión Europea.

Es decir, incluso en el caso de que la Constitución Española permitiese la realización de un referendum en el ámbito catalán, que no es el caso, y de que éste resultase favorable a la independencia, el nuevo estado tendría que negociar desde cero su adhesión a la U.E., contra lo que España podría incluso ejercer su derecho de veto.

Recordemos que el argumento principal esgrimido por Artur Mas, ha sido la mejora en las condiciones de vida de los catalanes por su pertenencia a Europa, todo es pues un canto al sol porque la viabilidad del proyecto el nula. Al final lo que Mas ha pretendido no es otra cosa que ganar unas elecciones ocultando el gravísimo problema económico de su Comunidad Autónoma, la más endeudada de España. Afortunadamente la verdad siempre se abre paso.

Declaración de principios

España es la nación más antigua de Europa. A lo largo de los siglos en nuestras tierras se han vivido momentos de esplendor cultural y económico, de creación intelectual e innovación política, pero también devastadoras batallas, invasiones, reconquistas, guerras civiles,…en realidad en todo ello, por mucho que algunos hayan querido ver en nosotros un destino singularmente trágico, no nos diferenciamos tanto de cualquier otra nación del mundo, aunque en muchas ocasiones no nos hayamos tomado la molestia de comprobarlo.

Hace más de treinta años, sobre los rescoldos aún vivos de una guerra civil y después de cuarenta años de régimen totalitario, los españoles decidimos mirar hacia delante, poner un punto y aparte en nuestras discrepancias e iniciar un nuevo camino de libertad y democracia. Desde la transición, ejemplo de proceso político para muchos países, nuestra sociedad se ha desarrollado económica y socialmente hasta límites insospechados; no todo se hizo bien entonces, pero los aciertos superaron con creces a los errores.

Pasado ese tiempo, lejos de rectificar aquellos aspectos equivocados para seguir afianzando nuestro bienestar, una parte de nuestra sociedad se empeña en la confrontación más allá de la normal entre partidos políticos, en el debilitamiento general, en los reproches mutuos, y lo hace precisamente aprovechándose de una crisis económica de proporciones desconocidas que golpea con fuerza a la población entera. Se trata de los nacionalismos, es decir, de aquellas ideologías políticas que basan su estrategia en el victimismo y a partir de él, en el reproche continuo por sus males reales o supuestos: la culpa siempre es de los demás, de los menos capaces, de los más ineptos, por lo tanto separémonos de ellos.

Los argumentos esgrimidos por estos nacionalismos, cuando son de tipo histórico, se suelen basar en la tergiversación de lo ocurrido y en mirar el detalle despreciando el proceso. Cuando son de carácter económico, en la idea de que el resto de España se aprovecha del trabajo que ellos realizan; cuando tratan el aspecto cultural, en que su nivel de desarrollo es superior al de los demás. En fin, y como queda dicho, un típico proceso victimista y un complejo de superioridad de consecuencias impredecibles.

Desde estas páginas, un grupo de personas comprometidas con la idea de una España unida en su diversidad y riqueza cultural, queremos plantar cara a todo ese argumentario nacionalista que consideramos pernicioso y reaccionario, de cortas miras, y lo haremos más allá de lo políticamente correcto, sin complejos, cara a cara, convencidos que una sociedad más libre y democrática es incompatible con esa ideología.

Una aclaración para acabar, nacionalismo no es nación, no es territorio, ni son todos los que viven en esa nación ni en ese territorio. Nacionalismo es una ideología concreta, y por lo tanto nuestro argumentario irá hacia esa ideología, en absoluto hacia la sociedad entera que en su delirio de grandeza dicen representar.